Guerlain Mon Guerlain Bloom of Rose Eau de Toilette

Guerlain ya había hechizado narices con su fragancia casi icónica "Mon Guerlain", un buen intento del perfumista de volver a los clásicos. En aquella ocasión, la fragancia proponía una nueva feminidad, encarnada por la poderosa e inquietante Angelina Jolie.

En Mon Guerlain Bloom of Rose, las notas se anclan más firmemente en un bouquet floral, abandonando los campos de lavanda tan queridos por la actriz por las míticas murallas de la ciudad de Grasse. ¿Qué busca la fragancia? Acordes de rosa destilados a la perfección para esta deliciosa eau de toilette primaveral. La rosa es búlgara, pero el savoir-faire recuerda inconfundiblemente a los artesanos perfumistas de la ciudad, que acaba de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Y el resultado es inconfundible: la lavanda traviesa que daba a Mon Guerlain un aire de relajación se mezcla a la perfección con la alegría de una rosa rica y luminosa que nos transporta fuera del tiempo en una fragancia en suspensión. En algún lugar entre el hoy y el ayer, sus acordes nos inquietan con su profunda feminidad y sus acentos modernos que nos hacen querer rociar Mon Guerlain Bloom of Rose en el pelo, en la cinta de un vestido vaporoso, en la organza de una falda recién sacada para los días soleados.

Besada por el sol y exótica, la fragancia se desliza una vez más en el famoso frasco de cuatro lóbulos de Guerlain, sin dudar ni un segundo en dar al clasicismo una ligera patada proponiendo rodear el cabujón de un fucsia descarado y explosivo.

Está claro que la mujer Guerlain no es suave y delicada, ¡sino imprevisible y todoterreno!

Su fragancia Mon Guerlain se presenta en un estuche "cuatrilobulado" que juega con el contraste entre la fuerza de las líneas tensas y la sensualidad de las curvas, como un eco de las múltiples facetas de la feminidad. Hoy está sublimado por un lujoso peso de cristal y un conjunto de rosa deslumbrante en consonancia con la materia prima reina de la fragancia: la rosa.

Guerlain ya había hechizado narices con su fragancia casi icónica "Mon Guerlain", un buen intento del perfumista de volver a los clásicos. Esta vez, la fragancia proponía una nueva feminidad, encarnada por la poderosa y turbadora Angelina Jolie.

En Mon Guerlain Bloom of Rose, las notas se anclan más firmemente en un bouquet floral, abandonando los campos de lavanda tan queridos por la actriz por las míticas murallas de la ciudad de Grasse. ¿Qué busca la fragancia? Acordes de rosa destilados a la perfección para esta deliciosa eau de toilette primaveral. La rosa es búlgara, pero el savoir-faire recuerda inconfundiblemente a los artesanos perfumistas de la ciudad, que acaba de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Y el resultado es inconfundible: la lavanda traviesa que daba a Mon Guerlain un aire de relajación se mezcla a la perfección con la alegría de una rosa rica y luminosa que nos transporta fuera del tiempo en una fragancia en suspensión. En algún lugar entre el hoy y el ayer, sus acordes nos inquietan con su profunda feminidad y sus acentos modernos que nos hacen querer rociar Mon Guerlain Bloom of Rose en el pelo, en la cinta de un vestido vaporoso, en la organza de una falda recién sacada para los días soleados.

Besada por el sol y exótica, la fragancia se desliza una vez más en el famoso frasco de cuatro lóbulos de Guerlain, sin dudar ni un segundo en dar al clasicismo una ligera patada proponiendo rodear el cabujón de un fucsia descarado y explosivo.

El mensaje es claro: las mujeres de Guerlain no son suaves y delicadas, ¡son imprevisibles y envolventes!